Nuevamente se pusieron en contacto con nuestra granja los medios de comunicación, esta vez con el tema de la gran diferencia entre lo que se paga a las familias del campo por su leche, verduras, cereales, etc y el precio final tiene que pagar la población consumidora para sus alimentos. Explicamos la situación de las ventas de nuestra leche cruda a la indus- tria, con precios claramente insuficientes (nos pagan unos 47 céntimos el litro cuando un precio razonable sería más bien los 65 céntimos) teniendo en cuenta las subidas en los costes (+54% gasoil, + 16 a 50% en cereales y forrajes, por ejemplo). También comentamos nuestra experiencia pasteu- rizando y vendiendo nuestra propia leche, con precios de insumos que han subido continuamente (botellas de plástico un 25%, botellas de vidrio un 50%, etiquetas un 15%, el gasoil un 54%....), y tiendas que a continuación suben lo suyo el precio desde el que le cobramos al precio de venta al público a veces en más de 50 céntimos. Los medios dicen querer desentrañar quien está ganando dinero: sugerimos que indagan en el precio pagado inicialmente a las familias ga- naderas, segundo los precios de insumos como piensos y botellas y tercero cómo han subido los gastos fijos de las tiendas. Vemos tres posibles razones por el desfase de precios: no se está pagando lo debido para la leche en las granjas (desde hace décadas), realmente suben los gastos de producción en todas las fases, o simplemente hay una especulación con algunos o todos los elementos mencionados (o, claro está, una mezcla de estas tres). Lo que ne- cesitamos, tanto las personas del campo, como las personas consumidoras son mecanismos de trasparencia y control en toda la cadena agro-alimentaria para identificar y eliminar prácticas especulativas y/o abusivas. |