Este mes hemos estado en tres ferias: el primero en Aizarnazabal,

el 1 del mes, una feria en que participan baserritarras de todas las

provincias vascas.

El 2 de junio estuvimos en Alonsotegi y el 15 en Karrantza. También

hemos expuesto nuestros productos dos veces en el balneario de

Karrantza.

Este mes hemos visto muchas más mariposas que el mes pasado, pero no

tantas como sería habitual para estas fechas. Sin duda el tiempo tan poco

usual está influyendo en sus hábitos. Esta mariposa nocturna paso varios

días pegada a la ventana de la quesería a principios de mes. Como en el

caso de otras mariposas no hemos podido identificar a ésta, por lo que si

alguien nos puede ayudar, lo agradeceríamos.

Por otro lado a ésta sí hemos  atrevido a darle un nombre… la perlada

castaña (Clossiana selene), aunque lo agradeceríamos si algo lo

confirmase.

El tiempo este mes ha sido muy poco usual, siguiendo la tónica de los

meses anteriores. Hemos ido alternando entre unos pocos días de sol

sin que la temperatura haya subido como sería lo normal en esta época

del año, y días de frío, lluvia y mucha humedad. Hemos tenido más de

100 litros de lluvia, algo muy raro en junio que es, normalmente, uno de

los meses más secos del año (con alrededor de 30 litros de lluvia).

Teniendo en cuenta el tiempo que hemos tenido está claro que las vacas

no han podido salir a pastar todos los días, por lo que hemos seguido

dándoles alfalfa y pienso y, cuando hemos podido, algo de verde.

Igualmente, el tiempo ha hecho la labor de ensilar y hacer hierba seca

todo una lotería, pero lo hemos logrado en dos momentos diferentes a

lo largo del mes.

Los mismos días los aprovecharon también otras muchas granjas y

Karrantza adquirió un imagen de mosaico entre los verdes, marrones

y ocres de las parcelas.

El momento de segar la hierba es bueno para avistar a culebras, como ésta

que estaba al sol sobre la hierba segada un día antes. Un amigo herpetólogo

nos confirmo que era una víbora de Seoane, no tan agresiva como otras

víboras pero igual de peligrosa. No hemos visto ni oído muchas culebras

este año, también, probablemente, debido a las temperaturas más bajas

que lo normal.

El 11 de junio nos visitaron Pau y María de Aragón, una joven pareja

con interés en instalarse en el sector ganadero, con algunas vacas de

leche y su propia quesería. Les deseamos suerte para el futuro.

No hemos podido distinguir cuál de las especies de Silene es esta flor que

se encuentra en las bordes de las carreteras y caminos de Matienzo, en

algunos sitios de forma abundante aunque no muy frecuente en nuestra

granja. Algunas especies de Silene, incluyendo a ésta, tienen la curiosidad

de estar algo pegajosas en sus tallos, lo que les ha dado el nombre de

“atrapamosmas” en inglés, aunque la planta no ingiere los insectos así

atrapados. Según algunas personas, la pegajosidad es para disuadir a los

insectos que trepan los tallos en búsqueda del néctar de las flores.

Los escones son un tipo de bollito que llevan siglos haciéndose en

Inglaterra, aunque normalmente se hacen con leche en vez de

mantequilla. La receta tiene muchos variantes: por ejemplo, bien

eliminando el azúcar y añadiendo queso rallado, o bien añadiendo

uvas pasas, limón o dátiles troceados.

Ingredientes para unos 20 bollitos:

360g harina sin levadura

90g mantequilla

½ cucharita de sal

2 cucharas de azúcar morena

1 huevo batido

250g de yogur natural

Calentar el horno a 220ºC. Introducir la harina, sal y azúcar en un

bol y mezclar. Introducir la mantequilla, frotando con las yemas de

los dedos hasta incorporarla uniformemente a la harina y la mezcla

parece migas de pan.  Añadir el huevo batido y yogur, mezclando

todos los ingredientes con los dedos o un cuchillo. Amasar la mezcla

bien dos o tres veces. Extender la mezcla con un palo de amasar

hasta que tenga un grosor de 2cm y cortar en cuadros o círculos de

unos 4cm de diámetro.  Poner sobre una bandeja a prueba de horno

que previamente se ha untado con un poco de aceite e introducir

en el horno durante 10-15 minutos o hasta que estén los escones

ligeramente dorados en su superficie. Dejar enfriar y servir con, por

ejemplo, nata y mermelada de frambuesa.