El impacto de la alimentación de las vacas lecheras en relación con la situación socio-económico y ambiental de terceros países Imprimir

Al maximizar la alimentación de las vacas lecheras en los recursos de las propias fincas de una granja, en base al pastoreo o suplementos de, fundamentalmente, cultivos forrajeros, el modelo agroecológico de producción ganadera rompe con el sistema de importaciones masivas de concentrados proteínicos (básicamente la soja) y energéticas (el maíz, por ejemplo), de terceros países. Este, hoy día, es de particular importancia en el caso de la soja, como se comenta arriba en el apartado 2.10, ya que el monocultivo de soja en distintos países de América Latina está influyendo muy negativamente en la posibilidad de sus poblaciones de desarrollar sus propias estrategias y prácticas de soberanía alimentaría. La mayor parte de los monocultivos de soja en países como Argentina y Brasil se exportan para usos de alimentación ganadera (o para agrocombustibles para vehículos de motor) en los países del Norte, dejando sin alimento, o tierra para cultivar a las poblaciones locales. A su vez, generalmente la agro-exportación se apoya en los cultivos intensivos en el empleo de productos químicos y, en el caso de cultivos como la soja, en variedades transgénicas, ambos hechos estrechamente relacionados con el deterioro de las condiciones ambientales y de salud en los países del Sur.

Así, terminar con las importaciones de elementos como la soja no únicamente favorece a la ganadería duradera en los países del Norte, sino también ofrece una oportunidad de futuro a los países del Sur.

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